Crisis y disciplinamiento fiscal

europa-ideologia-y-realidadA fines de noviembre del año pasado, la comisión europea publicó un informe en el que decía que la gestación de la crisis había tenido que ver con la falta de disciplina de los políticos y de los mercados para prevenir la acumulación de desbalances en la zona. Creo que es una manera fantástica de esquivar el problema, porque en vez de ubicar la crisis en cuestiones estructurales del modelo neoliberal, o en cuestiones financieras, o en las de competitividad que tiene la eurozona, no, ellos están en crisis por defectos personales, porque los que conducen cometieron errores. Esconden el problema debajo de la alfombra, se hacen los distraídos, y van con los salvatajes, que está claro que no alcanzan y no van a resolver nada.

Europa va a seguir delicada y verdaderamente los planes de ajuste que se están llevando a cabo van en contra de la posibilidad que la economía se recupere. Como lo indica la experiencia que nosotros mismos hemos vivido, van a debilitar aún más las cuentas públicas, es decir que el déficit fiscal no solo no se va a corregir, sino que se va a agravar.

Para el 2011 se estima que Grecia tenga una caída del 3% del PBI, y que en Portugal sea del 1%. ¿Qué quiere decir esto? Que la deuda que tienen estos países, problema que los llevó a la crisis, y la capacidad de afrontarla se va a ver afectada. Esto, por supuesto, retroalimenta la dependencia con los mercados financieros, hace subir el costo que los países pagan por el financiamiento que necesitan.

El problema de la eurozona fue la manera en que fue diseñada esa unión monetaria. Pensaron que con una moneda fuerte alcanzaba para garantizar la prosperidad de los países de la zona independientemente de las asimetrías que pudieran existir entre los países. No hubo estrategias intra-eurozona, destinadas a incentivar el desarrollo de los países menos desarrollados, como Grecia, Irlanda y Portugal, que fueron los primeros que recibieron los coletazos de la crisis internacional.

Todas las soluciones que los gobiernos encuentran para paliar los efectos de la crisis provienen desde lo financiero y lo fiscal y quien termina pagando la crisis es la gente. En muchos casos, los recortes se orientan a la reducción de los salarios de los empleados públicos y de las pensiones jubilatorias, mayor flexibilización laboral, recortes en los gastos sociales y mayores impuestos inequitativos como el IVA, que se eleva a tasas muy altas.

La ideología neoliberal está tan arraigada como antes del inicio de la crisis financiera mundial, y todo indica que es poco lo que se ha aprendido de ese rotundo fracaso. Sólo los previsibles resultados adversos de las políticas de ajuste, ahora implementados en los países centrales, pueden destronar la ideología neoliberal. Pero ello no será posible sin el convencimiento y la participación activa de los pueblos, en especial, los más afectados por la aplicación del dogma.

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