En situaciones de crisis todos recurren a pedir regulaciones, todos hablan del rol del estado; pero eso hay que hacerlo desde la convicción y no como una contingencia momentánea. Porque todos los que hoy piden regulaciones internacionales, ni bien saquen un poquito la nariz del agua, van a empezar a hablar de desregulación, de libertad de mercado, de que hay que eliminar todo tipo de traba.
Actualmente la filosofía reguladora del sistema financiero es la no regulación. Pienso que alcanzaría con que el Banco Central diga: “La cartera de crédito para consumo no podrá ser más que tal porcentaje de la cartera total de los bancos”, y en consecuencia los bancos tendrían la necesidad de buscar otro destino para los fondos.
Entonces lo que hay que decir claramente es que el mundo necesita ir hacia una economía más regulada, una economía más ordenada, hay que replantear el rol de los estados en la economía y desde esa visión hay que diseñar.