Lo recuerdo como si fuera ayer, estaba en 1 año de ingeniería mecánica, trabajaba en una empresa autopartista y en 1962 la empresa fue afectada por una crisis que complicó especialmente al sector automotor y me quedé sin trabajo.
Redujeron personal y decidieron echar a los solteros, jóvenes y con menor antigüedad en la empresa y yo cumplía con esos tres requisitos.
En mi barrio, mi papá junto a otro grupo de personas fundaban la cooperativa de crédito en La Florida.
La comisión promotora, formada por vecinos y amigos del barrio, me propuso trabajar de cajero, fue la manera de apoyarme que encontraron mi familia y amigos porque planeaba casarme y me había quedado sin empleo.
Era un momento duro y tenía sólo 22 años. No tenía la menor idea de cómo realizar ese trabajo pero acepté porque tenía fecha de casamiento y muchos planes. Me ofrecieron entrar como cajero con el compromiso de trabajar hasta que consiga trabajo en lo mío.
La labor me entusiasmó muchísimo y comencé a tomar mayores responsabilidades.
Y así ingrese a la actividad que he desarrollado a lo largo de mi vida, vinculada al cooperativismo.
Pintaba ya a los veintidos como se lo conoce ahora, alguien que toma las dificultades por el lado positivo, como ocasión de probar y con disposición favorable, me parece que esa modalidad ayuda mucho a que lo que se emprende ande bien, me encantó esa frase casi final: “la labor (de la que no sabia casi nada) me entusiasmó mucho y comencé a tomar mayores responsabilidades”; mejor, imposible
Es muy importante, el tener buenos padres, hoy, hace apenas, un rato,me
parece, que salimos campeones en algo,ese chico, como saltaba de ale´gría
cuando su papá,estaba jurando, nuevamente,como Diputado de la Nación.
De los míos,lo mejor de los cariños y el recuerdo,que siempre me acompa-
ñan,Un archivo de la memoria,en el mismo año,1962,el ing.A.Alsogaray,me
pagaba,pesos independencia,pero en el canje,perdías un 30 por ciento.-.
Gracias. Hasta luego.-
¡ADELANTE…VENCEREMOS!