De los 23 minutos de Macri a las casi cuatro horas de anuncios de Cristina, un contrapundo de dos modelos de país.
El viernes fue un día de apertura de sesiones legislativas. En la Ciudad de Buenos Aires, Macri hizo un discurso propagandístico centrado en las obras por hacer, construyendo su propio relato de la realidad y, como siempre, colocando los problemas en los otros.
Comunicó, con tono efectista: «No podemos ser irresponsables. Tenemos que cuidar el dinero de los vecinos», una proposición que no condice con la gestión hasta hoy realizada, el fuerte endeudamiento tomado, y mucho menos con el aumento en la tarifa del subte a $3.50, tema que no fue mencionado.
Volvió con la delicada muletilla que: «Cada día más personas recurren a nuestro sistema de salud y educación, más allá de los que viven en esta Ciudad. Son de todo el país y especialmente de la Provincia de Buenos Aires, que está cada día más débil a la hora de dar respuesta», sin tener en cuenta que si bien muchos de ellos no viven en la Ciudad, son la mano de obra indispensable para que ésta funcione. Macri comentó a continuación que “somos la ciudad de todos los argentinos”, a lo cual le contesto que debe cumplir con sus responsabilidades y hacerse cargo con acciones, lo que difícilmente logre pues quiere una ciudad para pocos.
El relato está reñido seriamente con la realidad: respecto a la reducción de la basura comentó: «La Ciudad ya empezó, y esperamos que comience también la Provincia de Buenos Aires”. Sin embargo, la Ciudad debía haber comenzado mucho antes; por la Ley de Basura Cero debió haber reducido el 30% la disposición final de residuos sólidos urbanos en 2010 y el 50% en 2012: Sin embargo, en ese período los residuos enviados por la Ciudad al relleno sanitario del Ceamse han aumentado.
Habló reiteradamente de diálogo y participación de los vecinos, pero viene ignorando en forma total a las 15 comunas porteñas como ámbitos institucionales de protagonismo ciudadano.
Sólo ocupó 23 minutos en su informe. Más que la habitual parquedad para hablar, o la intención de resumir el discurso, creo que son muy pocas las obras positivas de su gestión que tiene para contar, pero también muestra la desidia en informar seriamente a la población de las actividades de su gobierno.
Asamblea Legislativa Nacional
Hemos visto a la Presidenta en toda su dimensión de gran estadista, demostrando una enorme capacidad para hilvanar el conjunto de los temas que hacen al interés de la Nación. Fue una rendición de cuentas detallada, hecha con mucho conocimiento y profundidad. Respecto a lo que Cristina Fernández definió como «la década ganada», está claro que hemos salido del Infierno, si bien sigue habiendo muchos aspectos por resolver. El balance demuestra que en estos diez años de gestión es realmente notable lo que se ha avanzado en construir igualdad.
Utilizando las palabras de Cristina, el crecimiento fue posible porque reconstruyó el mercado interno, no sólo por las 200.000 nuevas empresas de industria y comercio que se crearon -entre otros logros productivos-, sino también por la importante inversión social a través de los distintos programas, de los cuales la Asignación Universal por Hijo (AUH) y el Plan de Inclusión Previsional por el cual se dio cobertura a más de 2.750.000 jubilados y pensionados son los que más destacan.
El fortalecimiento del mercado interno también fue posible porque el modelo ha concebido al trabajo como el gran organizador social, como comentó la Presidenta. De allí la importancia que otorgó al programa Argentina Trabaja, por el que a través de numerosas cooperativas se logró otorgar trabajo a más de 150.000 asociados, inclusión que no sólo se limitó a lo productivo, sino que muchos de estos trabajadores se encuentran finalizando el primario o el secundario, y algunos están estudiando en la universidad, según comentó Cristina, gracias a las 9 universidades públicas que se han creado estos años. A estos datos hay que sumarle los 320.000 microcréditos otorgados por el Ministerio de Desarrollo Social y los 558.000 emprendedores de la economía social, políticas que apuntan directamente a la inclusión.
Pero la inclusión de estos trabajadores ha sido posible por el modelo aplicado, que desde lo productivo nos ha permitido «por primera vez en la historia crecer desde el valor agregado de la industria y también desde la agricultura”. La Presidenta también remarcó la decisión de industrializar la economía que se tomó ya desde 2003, dado que es la industria la que más aguanta las crisis.
Sosteniendo estas observaciones, Cristina informó el importante crecimiento del PBI industrial, que ha permitido, entre otros desarrollos, sustituir importaciones por 15.000 millones de dólares.
Los logros sociales no son menores, imposible expresarlos todos en esta columna, por lo que sólo menciono algunos que considero significativos: la tasa de cobertura previsional es la más alta de América Latina. La expectativa de vida ha crecido un año en la década hasta los 75.2 años, la mortalidad infantil bajó del 16.5 por mil en 2003 al 11.7 por mil en la actualidad. La tasa de asistencia al nivel primario es del 99%, cifra excepcional lograda gracias a la AUH. La presidenta expresó no hay «nada más democratizador, más igualador que la educación pública y gratuita en todos los niveles».
También se trató el rol del Estado. Cristina pidió que «nadie vuelva a querer convencer a un político de que lo privado es mejor que lo público» al resaltar la importancia del Fondo de Garantía del Anses con el que se sostiene la AUH.
El tema de la deuda fue uno de los que más atención concitó, dado que la Corte de Apelaciones de Nueva York ordenó que Argentina presente una propuesta concreta con especificaciones claras de pago a los litigantes antes del 29 de marzo. La propuesta deberá incluir cómo y cuándo Argentina se hará cargo de esas obligaciones, la tasa que propone para el pago de los bonos originales e informar las acciones que tomará el gobierno argentino para que la propuesta se haga efectiva.
Esta decisión de la Corte de Apelaciones parece ser positiva, puesto que el gobierno argentino ya adelantó lo que esta dispuesto a reconocer a los acreedores que no entraron al canje, y a partir de ello pide la propuesta concreta. En su mensaje a la Asamblea Legislativa, Cristina Fernández fue contundente al explicitar que «estamos dispuestos a pagarles a los fondos buitre, pero no en mejores condiciones que al 93% que apostó y confió en la Argentina”. Desde una perspectiva general del juicio, comentó que «la situación de Argentina es un `leading case` (caso testigo), pero no sólo económico, sino político», porque sostuvo que «los principales dirigentes mundiales, los titulares de los organismos multilaterales, los presidentes de los países, van a tener que definir si permiten que un puñado arruine a todo el mundo con millones de desocupados, desahuciados, que se suicidan; o van a privilegiar a sus pueblos, a sus países, a sus patrimonios».
Luego de detallar los logros alcanzados por el modelo, citó palabras de Néstor Kirchner en la Asamblea Legislativa de 2006, cuando expresó: «Venimos del infierno, intentando salir de él, por eso debemos actuar con memoria. Deberemos repasar los hechos que marcan con tanta contundencia, a veces, cuánto hemos avanzado, otras veces cuánto nos falta recorrer y otras tantas cuánto cuesta reconstruir lo que ha sido destruido». Finalmente la Presidenta se comprometió a jugarse la vida en “no volver a bajar esa escalera de descenso al infierno, porque merecemos vivir en una Argentina mejor».
Publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 3 de marzo de 2013.