No hay antecedentes del ajuste que se está viviendo

Ámbito Financiero | Opinión

El simple repaso de los principales indicadores económicos ayuda a ver cuán insostenible es el actual modelo. No hay un solo dato que permita ver que alguna de las variables que inciden en la realidad de la gente vaya a mejorar (aún en el largo plazo); más bien lo contrario.

Por el lado productivo, el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) correspondiente al mes de enero retrocedió un 12,4% interanual y 1,3% mensual para la serie sin estacionalidad. De esta forma, el indicador muestra su peor enero de la serie iniciada en 2016, así como el peor mes desde junio de 2020. La utilización de la capacidad instalada en el primer mes del año fue del 54,6%, el peor enero desde 2002, lo cual indica que habrá que esperar mucho tiempo para empezar a ver nuevas inversiones en la industria.

La gravedad de la situación se manifiesta, entre otros, en casos como el de Aluar, productor nacional de aluminio, que decidió paralizar sus plantas por 30 días como respuesta a la contracción del 35% en sus ventas.

Según cifras difundidas por la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), durante el primer bimestre del año la producción nacional de vehículos exhibió un retroceso del 18,2%.

En cuanto al patentamiento de la maquinaria agrícola, si se compara el desempeño actual con el de febrero de 2022 (una forma de evitar la distorsión que genera la sequía a la hora de hacer comparaciones), el último mes se ubica un 50% por debajo.

Por su parte, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción elaborado por el INDEC presentó durante enero una caída interanual del 21,7% y mensual del 10,2% para la serie sin estacionalidad.

Por el lado del consumo, el INDEC difundió las cifras de facturación por ventas en supermercados y autoservicios mayoristas correspondientes a diciembre de 2023. Allí se observa que el sector mostró una caída interanual real del 6,7% y mensual real del 5,5%. Así, el consumo en estos comercios tuvo su menor nivel desde octubre de 2020 (38 meses). Es un reflejo de la caída del poder adquisitivo de la población debido, principalmente, a la inflación. De hecho, con el 13,2% de febrero se acumula desde diciembre un aumento de precios del 71,3%.

En materia social, según el INDEC, en febrero una familia tipo precisó 691 mil pesos para no ser considerada pobre. El aumento fue del 15,8% mensual con relación a enero, es decir, por encima de la inflación. La canasta básica alimentaria requerida para no caer en la indigencia, en tanto, llegó a 323 mil pesos, un aumento del 13,1%.

No alcanza el espacio de esta columna para enumerar todos los efectos que se están registrando, los cuales se suman semana a semana. Apenas pasaron tres meses y ya se acumulan los daños en la producción, en el consumo, en los ingresos y en los niveles de vida de la población, entre otros.

El alza del desempleo que se está verificando significará a su vez una merma del consumo y retroalimentará los efectos negativos sobre las PyMEs. No hay antecedentes de un ajuste tan brutal como el que se está llevando a cabo.

Joe Biden dejó en el discurso ante el Congreso estadounidense varias frases a tener en cuenta, que hablan de los contrastes respecto de los modelos. Por caso, señaló que “la recuperación de Estados Unidos es la construcción de una economía que surja desde el centro y suba desde abajo, y no que caiga desde arriba”. Lo contrario al derrame, es decir, con una intervención importante del Estado.

También enfatizó: “ahora en lugar de importar productos extranjeros y exportar empleos estadounidenses estamos exportando productos estadounidenses y creando empleos en Estados Unidos. ¡Aquí en Estados Unidos, donde debe ser!”. Es lo opuesto a la apertura importadora que propone el gobierno de Milei.

Desde el oficialismo se intenta hacer creer que el ajuste y la desregulación absoluta son necesarios para luego estar mejor. Ningún despegue puede darse si la producción, el consumo y los salarios se achican, y si se deja todo librado a las fuerzas del mercado. Todo esto ya lo vivimos en el pasado, con la dictadura cívico-militar, con Menem y con Macri y, además de terminar en profundas crisis, va a contramano de lo que hacen muchos de los países con elevados niveles de desarrollo.

Nota publicada en Ámbito Financiero el 18/03/2024

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