Enfrentar la crisis externa que se agrava

Cristina Fernández destacó que tenemos un sistema financiero muy solvente, muy líquido, con un desendeudamiento inédito, también del sector privado, por lo cual para sostener la inversión no solamente debe estar presente la banca pública sino también la privada.
La crisis mundial se agudiza. El pasado viernes se conocieron declaraciones de la titular del FMI, quien anunció que la institución va a revisar a la baja las previsiones de crecimiento dado que “numerosos indicadores de la actividad económica −inversiones, empleo, producción− se han deteriorado. Y no sólo en Europa o en Estados Unidos, sino también en numerosos países emergentes clave como Brasil, China, India”.

Este tema fue uno de los ejes del informe que el jefe de Gabinete brindó en el Congreso, donde citó un estudio de la ONU que establece que las debilidades ocasionadas por la recesión global “son ya un hecho, pero un mayor deterioro en una de ellas podría desencadenar un círculo vicioso que conduzca a una grave turbulencia financiera y recesión aun más profunda en lo económico”.
A partir de la descripción de la crisis, Abal Medina reflexionó que “nuestro modelo de desarrollo con inclusión social, frente a lo que muchos decían en cuanto a que se trataba de un viento de cola, de ventajas en términos comparativos, siguió creciendo sostenidamente a altísimas tasas mientras la economía mundial caía”.

Los ejes que sustentan este comportamiento fueron reflejados por el ministro, en varios pilares, entre ellos el modelo de desendeudamiento, por el cual el peso de la deuda pública externa hoy alcanza el 14,4% del PBI; otro pilar es el incremento de la inversión pública, que se multiplicó por seis entre 2003 y 2011; otra cuestión es la no reprimarización de la economía argentina, ya que somos el único país de la región que aumentó sus exportaciones industriales. La Asignación Universal por Hijo fue resaltada como otro pilar fundamental, como también los programas Repro del Ministerio de Trabajo, que protegen el empleo.

Al referirse a la actual gestión, resaltó el concepto de sintonía fina acuñado por la presidenta, el cual “nos permitirá recuperar todavía más la capacidad del Estado para poder gestionar con mayor eficiencia”. Como hitos de cambios regulatorios, citó la Reforma a la Carta Orgánica del BCRA, la estatización del 51% de las acciones de YPF, un nuevo régimen de importaciones, así como la reorientación de los subsidios y el Programa Pro.Cre.Ar.

Abal Medina concluyó su exposición fundando las políticas estatales en la frase de Néstor Kirchner, acerca de que no había llegado al gobierno “para dejar sus convicciones en la puerta”; convicciones que, como aseveró Cristina Kirchner, se convirtieron en cosas concretas: derechos, casas, cloacas, empleo, en igualdad y en distribución del ingreso. Dijo Abal Medina que “esos valores son los que aún siguen orientando a un gobierno que, en medio de la tempestad del mundo, no va a bajar los brazos y con más fuerza que nunca va a pelear por mantener todas esas conquistas”.

UN BANCO CENTRAL ATENTO A LAS NECESIDADES DE LOS USUARIOS.
En este marco se implementó la “línea de créditos para la inversión productiva”, por la cual los bancos más grandes deberán aplicar un 5% del saldo total de depósitos privados en pesos que poseían a junio último, a préstamos en la misma moneda a las empresas, destinados a proyectos de inversión, a tres años de plazo y a una tasa fija de hasta el 15% anual.
Las acciones de los bancos argentinos cayeron significativamente al conocerse la medida; las razones de esta caída, según El Cronista Comercial, se fundamentaron en “el temor que generó entre los inversores la decisión del gobierno de obligar a las entidades a otorgar créditos a bajas tasas de interés a empresas para resucitar al debilitado crecimiento económico”. Este enfoque es infundado, la rentabilidad bancaria no está en peligro, sólo se comienza a poner una cuña en la lógica rentística de los bancos, por la cual privilegian los préstamos al consumo que originan una ganancia muy superior a la generada por los préstamos a la producción. Y estos últimos llevan las de perder: mientras los préstamos a familias otorgados por los bancos privados crecieron un 40% interanual en abril, los préstamos a empresas subieron un 24 por ciento. Distinto fue el comportamiento en los bancos públicos, ya que en el mismo período los préstamos a las empresas crecieron el 68%, superando largamente a los otorgados a familias, que aumentaron un 43 por ciento.

Con esta medida se ponen en funcionamiento los nuevos objetivos del Banco Central señalados en su Carta Orgánica, que debe aplicarlos “en el marco de las políticas establecidas por el gobierno nacional”, y por lo tanto es la presidenta de la Nación la que anunció las nuevas pautas crediticias, dejando su implementación a la autoridad monetaria. La nueva redacción de su Carta Orgánica faculta al BCRA para “regular las condiciones del crédito en términos de riesgo, plazos, tasas de interés, comisiones y cargos de cualquier naturaleza, así como orientar su destino por medio de exigencias de reservas, encajes diferenciales u otros medios apropiados”, al igual que para “establecer políticas diferenciadas orientadas a las pequeñas y medianas empresas y a las economías regionales”.
Cristina Fernández destacó que tenemos un sistema financiero muy solvente, muy líquido, con un desendeudamiento inédito, también del sector privado, por lo cual para sostener la inversión no solamente debe estar presente la banca pública sino también la privada.

Una característica que ha pasado desapercibida en los medios es que este programa obliga a que la mitad de esos préstamos se direccionen a las Mipymes, con la misma tasa máxima que para las grandes empresas, cuando históricamente los distintos programas de fomento asignaban la mayoría de los fondos a las grandes empresas, y solo un 20% o menos a las Mipymes.
Si se suma esta línea de crédito al programa Pro.Cre.Ar, se tiene alrededor de dos puntos del PBI asignados a créditos con un fuerte efecto anticíclico, para enfrentar la desaceleración de la economía.
Otra medida del Banco Central que ha tenido escasa repercusión en los medios ha sido la creación de la Gerencia Principal de Protección al Usuario de Servicios Financieros, en la que fue designado como responsable un especialista en Derecho de defensa y protección del consumidor.

Deseo destacar mi más ferviente apoyo a estas medidas tomadas por el Banco Central, que transitan el mismo camino de las ideas que inspiran nuestro proyecto de Ley de Servicios Financieros.
Otra de las decisiones tomadas por el Banco Central ha sido el reordenamiento de las pautas para la venta de moneda extranjera, y entre ellas, la suspensión de la venta de dólares para atesoramiento, medida que también alcanza a otros flujos financieros con el exterior, como así también la finalización a partir de noviembre de la venta de dólares correspondientes a préstamos hipotecarios para la compra de viviendas. Considero a estas medidas positivas, dado que en un contexto tenso como el que genera la crisis internacional, resulta aconsejable que se prioricen los destinos de las divisas.
En resumen, una semana plena de actividad y medidas para profundizar el modelo en medio de las turbulencias externas.

Publicado en el diario Tiempo Argentino. Domingo 8 de Julio de 2012.

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