El Fondo Monetario Internacional es un ente financiero que no está mal que dé préstamos. Lo que está mal es que ponga condiciones de ajuste económico y social para dar préstamos. Es decir, la discusión de fondo sobre el FMI, no es si tiene que haber un organismo internacional al que se puede acceder cuando uno tiene necesidades financieras, sino si siguen siendo válidos los criterios de condicionalidad que ha utilizado permanentemente para dar préstamos.
Por ejemplo, está ahora dando vuelta este tema de los 2.500 millones de dólares a los que la Argentina podría acceder. Pero ahí no hay ninguna condicionalidad, eso es simplemente un derecho a incremento de reservas sobre la base de un aporte que hicieron los países desarrollados, y en primer lugar Estados Unidos al capital del Fondo. Por reglamento a la Argentina, por lo que la participación porcentual que la Argentina tiene en el capital del Fondo, le corresponde un acceso de 2.500 millones de dólares. Miro los noticieros y están diciendo: “Esto significaría un cambio en la política Argentina”, eso no tiene nada que ver con la política argentina, que sigue firme en cuanto a pedir que el Fondo cambie y elimine los criterios de condicionalidad y que los créditos tengan que ver con necesidades objetivas y no con imposiciones de políticas de ajuste, de recorte del empleo, achique del Estado, privatizaciones, que ha sido lo que bajo el paraguas del consenso de Washington llevo siempre adelante.
Entonces, el cuestionamiento argentino, que crece en adhesión y en temas que se plantean cada vez con más fuerza y por más países, es lo que plantea el presidente de Brasil al decir: «aumentar el capital del Fondo si no se aumentan los derechos de los países en vías de desarrollo no sirve para nada».